Cada día parece más probado que los amores duraderos son el fruto de la capacidad única, singular, irrepetible en cualquier otra especie, que tiene los humanos de amarse y odiarse al mismo tiempo. Al contrario de otras especies, tenemos emociones mezcladas. Tanto es así que emociones positivas como el amor y negativas como el odio o el desprecio activan circuitos cerebrales muy próximos cuando no idénticos; de manera que la perdurabilidad en el tiempo de la emoción vinculante viene dada por la posibilidad de recurrir a una u otra indistintamente según las circunstancias.
EDUARDO PUNSET.
EL VIAJE AL PODER DE LA MENTE.
EDUARDO PUNSET.
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