viernes, 18 de abril de 2014

CUANDO EMPEZÓ A CONTAR EL TIEMPO Y A LLENARSE EL ESPACIO.

                

            Si había un asunto en el panorama científico en el que todos estábamos de acuerdo, en el que no había problemas ni discusiones entre cristianos y agnósticos, laicos y religiosos, ése era el origen del Universo. Estaba escrito hasta en nuestros libros de texto que hace unos 14.000 millones de años hubo lo que llaman el big bang, la gran explosión de unas partículas que, de pronto, empezaron a crear el espacio y el tiempo llenándolo con galaxias y planetas como el nuestro; y luego con los microbios, miles de millones de años después los reptiles y, finalmente, los mamíferos, antepasados comunes con los primates y homínidos.

                Era gratificante tener una idea del Universo, de las cosas grandes. Realmente, es extraordinario captar el mundo de lo grande con la precisión milimétrica con la que estamos haciéndolo ahora. No somos conscientes de este milagro y, no obstante, merece la pena contemplar, aunque sea de pasada y de reojo, el mundo alucinante de las cosas grandes que no vemos por ser nosotros demasiado pequeños.

               Durante los últimos ciento cincuenta años, aproximadamente, hemos estado convencidos de que el Universo tuvo un principio bien definido; que de repente pasó de la nada -ningún espacio, ningún tiempo, ninguna energía, ninguna materia - a algo, a través de procesos que nunca acabamos de entender completamente, y que todo lo acaecido en el Universo había sucedido a partir de ese momento inicial. Ésta ha sido la idea predominante, aunque ahora empezamos a cuestionárnosla.

            Era una idea maravillosa porque a los incrédulos les parecía muy bien esta historia de que el espacio y el tiempo se crearon solos, aunque fuera súbitamente. La gente religiosa estaba también de acuerdo; para la Iglesia, eso podía conciliarse con lo que decían las Sagradas Escrituras de que hubo un Creador que empezó, en un momento dado, a diseñar el espacio y el tiempo. Al resto de los homínidos les parecía novelesco, pero comprensible.

          Tal vez lo que conocemos como el big bang no fue realmente el principio; quizá el espacio y el tiempo existían antes, y los acontecimientos cruciales que dieron lugar a todo lo que observamos en el Universo actual no sucedieron después del big bang, sino con anterioridad. Todo lo que vemos en el Universo serían las huellas, los vestigios de acontecimientos que sucedieron antes de la Gran Explosión. "Esta es la idea que estamos estudiando ahora": Paul J. Steinhardt.


EDUARDO PUNSET.
EL VIAJE AL PODER DE LA MENTE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario